La llegada de Yogo y Balto a mi vida fue todo un desafío y una gran lección. Yogo era un cachorro de tres meses cuando lo adopté en mayo de 2021, y Balto se unió a la familia nueve meses después, en febrero de 2022, sin tener clara su edad.
Adaptar nuestras personalidades y necesidades ha sido un verdadero reto. Llegó un punto en el que los paseos con los dos eran un auténtico caos y no podíamos ir juntos a ningún lado.
Pero, a pesar de las dificultades, trabajamos mucho para lograr una convivencia factible, y adaptándome y aprendiendo a manejar sus comportamientos las cosas han mejorado notoriamente.
Así es cuando nace Ocana.